Me gusta muchísimo su diseño con unas ilustraciones que son una monada por su sencillez y por ese toque naif tan japonés de sus dibujos. Sería capaz de habérmela comprado sólo por eso pero la verdad es que tiene muchas otras cosas buenas.
Es una agenda perpetua, que puedes empezar y terminar cuando tú quieras. A mí me va estupendamente porque mis años suelen ir de septiembre a septiembre (este año de octubre a octubre), y no me gustan las típicas agendas escolares que generalmente son muy feas.
Tiene formato interior bastante práctico, con un planificador mensual y semanal con el espacio perfecto para escribir y un montón de hojas para notas.
Además puedes abrir por completo las páginas incluso por el centro de la agenda para poder escribir por toda la hoja, algo difícil de encontrar en las agendas que no tienen anillas y un fallo de las agendas moleskine, que son bonitas pero incomodísimas para mi gusto (aunque creo que ya han mejorado eso).
El formato exterior está muy bien pensado, con una funda transparente para evitar que se manche. Su tamaño es ideal para llevarla en el bolso y no pesa demasiado. El único defecto que le veo es que le falta la típica goma para que quede bien cerrada cuando la metes en el bolso y que no se arruguen las hojas.
Viene además con tres hojas con adhesivos transparentes con mensajes y dibujos para que te diviertas decorando sus páginas, una monada.
La mía la compre en Panta Rhei porque quería verla físicamente, por cierto es una librería preciosa de la que pienso escribir en otra entrada, pero también se puede comprar online aquí.
